Los 10 indicadores para valorar un buen restaurante de carretera
Con esta lista de indicadores, que nos permitirán descubrir los mejores restaurantes de carretera de nuestro entorno, presentamos la sección Parada y Fonda del blog de la Comunidad VallèsCar. ¡No os perdáis nuestra selección de establecimientos en próximos posts!
1. Localización accesible
La principal condición es que sea un establecimiento cercano a la carretera o a la vía por la que circulamos. Aunque no es necesario -e incluso no deseable para lograr cierta tranquilidad-que se encuentre al pie de la misma, sí es indispensable que requiera el mínimo desvío y sea fácilmente localizable.
Obviedad: Un restaurante de carretera no es un lugar donde perderse.
2. Aparcamiento propio
Es esencial que el restaurante disponga de aparcamiento propio y suficientemente amplio en función de las dimensiones del local. Y mucho mejor si el parking es visible desde el comedor, así el viajero tiene vigilado su vehículo en todo momento.
Consejo: un aparcamiento concurrido ¡es señal de buen comer!
3. Menú diario equilibrado
Un menú adecuado para los asiduos de la vida en ruta debe incluir un mínimo de tres opciones por plato, donde figuren los principales nutrientes y componentes dietéticos: ensaladas, verduras, hortalizas, legumbres, pescado y carne. En el postre hay que incorporar siempre frutas y lácticos fermentados como el yogurt que contribuyen a una buena digestión para continuar el viaje sin problemas.
Para nota: incluir menús adaptados a las necesidades de los comensales o clientes (hipertensos, con colesterol alto, diabéticos, con intolerancias alimentarias, vegetarianos, etc.)
4. Cocina casera
El viajero habitual valora un repertorio culinario protagonizado por guisos sencillos y sin pretensiones, con aportaciones de la gastronomía típica de la zona que generan valor: platos, cocinados al momento y al estilo tradicional, que no que escondan el sabor auténtico de los alimentos con salsas y aderezos ni abusen de los picantes y grasas que dificultan la digestión.
Indicador infalible de cocina casera: las patatas fritas. Las mejores son frescas y naturales, nunca congeladas, ligeramente doradas y crujientes, bien escurridas y fritas en abundante aceite de oliva.
5. Raciones completas
Nada más decepcionante para un viajero hambriento que encontrarse con simples muestras de degustación en el plato. Aunque no se trata tampoco de empachar a la clientela, las cantidades deben ser correctas.
Recomendación: platos que sacien el apetito por el estómago ¡y por la vista!.
6. Agua y bebidas sin alcohol
Siempre debe haber agua en el menú y algún tipo de bebida alternativa como la cerveza sin alcohol. Si incorpora vino hay que ofrecer la opción de consumirlo por copas individuales.
Advertencia: El alcohol nunca es buen compañero de viaje y provoca a menudo digestiones pesadas.
7. Un buen café
Un expreso aromático y fuerte es el último eslabón para que los comensales se lleven una percepción óptima del establecimiento.
Y sobre todo: un buen café te mantiene despejado para afrontar la siguiente etapa.
8. Precio razonable
Un precio que oscile entre los 8 y los 12 € por menú es lo que se espera pagar en un restaurante de carretera. Aquellos que los frecuentan a diario difícilmente pueden destinar más presupuesto.
Pero, cuidado: Un precio inferior seguramente significará perder calidad.
9. Trato adecuado
El cliente de este local espera un equilibrio entre el trato cordial sin reverencias excesivas, y la discreción para disfrutar apaciblemente de su pausa.
Lo deseable: establecer relaciones duraderas que permitan llegar a la familiaridad.
10. Entorno
Y como colofón, el disfrute de un entorno agradable a la vista, que invite incluso a un breve paseo para estirar las piernas, facilitar la digestión y encarar con fuerzas renovadas el regreso a la carretera.
Pregunta: ¿nos dejamos algo?